Psicología del Poder






Carl Jung, el célebre psicólogo suizo, introdujo el concepto de arquetipos como patrones universales de pensamiento y comportamiento que residen en el inconsciente colectivo de la humanidad. Estos arquetipos se manifiestan en diversas formas, desde mitos y leyendas hasta comportamientos culturales y narrativas contemporáneas. En el ámbito de la política y la ciberdefensa, los arquetipos juegan un papel fundamental en la forma en que se construyen y perciben las narrativas.

Arquetipos en narrativas políticas

En la política, los arquetipos pueden influir en cómo los líderes son percibidos y en las expectativas que se crean en torno a ellos. Por ejemplo, un líder que se presenta como el "Héroe" puede activar la esperanza y el deseo de cambio en la población, creando una narrativa de salvación que invita a la cooperación y la movilización social. Por el contrario, un líder que se asocia con el arquetipo del "Tirano" puede evocar miedo y desconfianza, lo que puede llevar a una resistencia activa y a la creación de movimientos de oposición.

Un claro ejemplo de esto se puede ver en la Revolución Francesa, donde figuras como Maximilien Robespierre encarnaron el arquetipo del "Reformador" al buscar el bienestar de la sociedad, mientras que también fueron percibidos como figuras de terror. Esto creó una narrativa dual: la lucha por la libertad y la igualdad, pero también el miedo a la represión y la violencia, lo que afectó profundamente la cohesión social y la identidad colectiva de la época.

Arquetipos en Ciberdefensa

En el campo de la ciberdefensa, los arquetipos también desempeñan un papel significativo. Los profesionales de la ciberseguridad pueden verse a sí mismos como "Guardianes" que protegen a las organizaciones y a los ciudadanos de las amenazas cibernéticas. Este arquetipo genera una narrativa de fortaleza y competencia, donde los expertos son vistos como figuras heroicas en la batalla contra los hackers. Sin embargo, esta visión puede llevar a la complacencia y a la desestimación de las verdaderas vulnerabilidades existentes.

Un caso reciente, como el ataque a Fortinet, revela cómo la narrativa de los "Guardianes" puede entrar en conflicto con la realidad. A pesar de la gravedad del ataque, la comunidad de ciberdefensa mantuvo una actitud de confianza, como si las capacidades de los expertos fueran suficientes para enfrentar cualquier desafío. Esto no solo minimiza el impacto de las amenazas reales, sino que también puede inhibir la colaboración y el aprendizaje compartido, ya que las organizaciones pueden resistirse a admitir vulnerabilidades.

Además, la mera implementación de múltiples capas de protección, sistemas avanzados y complejas tecnologías, como la criptografía cuántica, puede resultar en una falsa sensación de seguridad si no se reconoce que los hackers pueden "hackear" también la mente. Esto nos lleva a la idea del "Cisne Negro", un concepto de Nassim Taleb que describe eventos inesperados que tienen un gran impacto. En el contexto de la ciberdefensa, los hackers a menudo se aprovechan de la imprevisibilidad y de nuestras propias suposiciones sobre cómo se comportan las amenazas. La pregunta del "¿Por qué haría eso?" o "¿Para qué?" a menudo nos lleva a la comprensión de que lo inesperado puede ser el mejor trabajo de un hacker.

Por tanto, no tiene sentido contar con un ejército de expertos en red team o de hackeo ético si no logramos comprender el cuadro completo. La ciberdefensa eficaz no se trata solo de tecnología o procedimientos, sino de una comprensión profunda de la psicología humana, las motivaciones detrás de las amenazas y cómo las narrativas pueden influir en la percepción del riesgo. Solo al integrar estos elementos podremos construir un enfoque de ciberseguridad que sea verdaderamente robusto y efectivo.


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